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Docentes de Colombia hablan sobre las estancias formativas.


Sandra López y Yohanna Mejía son docentes en Colombia y comprometidas con la innovación y la implementación en sus colegios del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). No hace muchas semanas tuvimos ocasión de compartir el inicio de una formación sobre innovación que saludamos y apoyamos desde LABinE. Gracias por vuestro apoyo.



La Comunidad Marista de la Enseñanza en Colombia, siguiendo el legado de nuestro fundador San Marcelino Champagnat, quien en su tiempo adoptó los mejores métodos, introdujo innovaciones y que además tuvo claridad sobre una verdad “No se puede crecer sobre viejas cortezas, continuamente hay que romperlas” , implementó en sus colegios desde hace algunos años el enfoque Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) como innovación educativa que propicie oportunidades para que las comunidades educativas puedan conectarse con el afuera, teniendo manos amorosas dentro del marco de la evangelización y el ejercicio de la solidaridad.


En ese momento y desde esa perspectiva de redefinir el currículo docente, sentí como maestra muchas emociones encontradas de duda, inseguridad, inquietud e incertidumbre, pues me hacían la invitación a hacer frente a un nuevo perfil y a un nuevo currículo, para despojarme de mi viejo rol cuestionado de instructor, disciplinador, y abrazar un nuevo papel prescrito de facilitador de aprendizajes, orientador flexible, sistematizador de experiencias, y en fin, todo aquello que los docentes deberíamos aprender ante la puesta en marcha del Aprendizaje basado en proyectos (ABP).


Hoy, puedo decir, que me siento feliz, pues he visto en éste enfoque, una herramienta valiosa para encontrar soluciones a muchos de los problemas actuales, porque permite entender el aprendizaje y la enseñanza desde un punto de vista radicalmente distinto, más dinámico. El ABP ha fortalecido la identidad de los miembros de la comunidad escolar en su relación con los barrios y ciudades, permitiendo que los estudiantes comprendan que los aprendizajes construidos en el aula, tienen un poder transformador aquí y ahora. 


El ABP me ha obligado a rediseñar mi función como maestra, a los niños a sentirse protagonistas de su propio aprendizaje y a la comunidad escolar a participar directamente en el proceso educativo.


Pero ningún cambio hubiese sido posible, sin una buena y adecuada formación por parte de las instituciones y de los maestros mismos, por eso como maestra, quiero valorar de manera particular, la sugestiva y provechosa obra de Juan José Vergara Ramírez “Aprendo porque quiero”, la cual me ha ofrecido un modelo teórico y práctico de enseñanza- aprendizaje, orientado de manera eficaz mi quehacer pedagógico.


Y ahora, después de conocer la iniciativa de ESTANCIAS FORMATIVAS considero que el equipo de maestros de LABinE con su modelo de desarrollo y dentro del marco del enfoque de proyectos, se convertirán en una oportunidad maravillosa para seguir avanzando hacia la esencia de la educación que es la transformación y la capacidad para transmitir ese amor por aprender.


Es evidente que el maestro está en la obligación de actualizar sus conocimientos y desarrollar de forma constante habilidades y actitudes que le permitan responder efectivamente a los retos educativos, y LABinE llega en el momento apropiado para hacerlo.

Gracias LABinE por estos espacios de formación que permiten a los centros educativos y a los maestros seguir comprometidos día a día con las prácticas innovadoras que llevan al cambio.

Sandra López.


Es fascinante como los medios de comunicación y este caso el Internet nos facilita recorrer por lugares que nunca antes habíamos visitado, conocer culturas, realidades, contextos y personas que viven una manera de ser y hacer diferente a la nuestra, pero con algo en común, que nos unen unos sueños y anhelos que van en busca de un bienestar común y social. Yo soy de un lugar igual de alejado de aquellos recorridos en vuestras estancias y proyectos, un lugar con sus necesidades y particularidades, tal vez no esté enmarcado en la pobreza porque es una institución educativa de carácter privado, de familias con facilidades económicas y cierto reconocimiento social, pero que vive otro tipo de carencias, algunos hogares con carencias afectivas, emocionales, que se derivan de hogares disfuncionales en su mayoría.


Al ver y leer la emoción que sienten las personas que participan de los proyectos me reflejo en ellos, cuando llegan mis niños, día a día con sus sonrisas, buscando el cariño, afecto, atención y comprensión que muchas veces son esquivos en sus hogares. Nuestro fundador San Marcelino Champagnat se preocupó en su momento por los niños y jóvenes más necesitados de la época, y fue visionario al  contemplar en sus proyectos las necesidades propias de cada contexto y cada momento, claro está con ayuda de los hermanos y colaboradores que iban surgiendo en cada presencia Marista.


Mi sueño, después de recorrer de manera virtual su propuesta, es participar en vivo y en directo de esa fascinante aventura y corroborar que son muchas las cosas que nos diferencian, pero que también son muchas las cosas que nos unen. Desde Colombia, un abrazo sincero y una palabra de ánimo a continuar con este tipo de proyectos que nos hacen soñar desde cualquier rincón del planeta.

Johanna Mejía.

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